Una vez aclarado el problema, es necesario tener clara la meta, distintos colectivos feministas hablan de que el objetivo es que todas las personas vivamos una vida que merezca la pena ser vivida.
Desde luego, el bien-estar, el buen-vivir o el vivir bien son conceptos demasiado amplios para esta guía, pero sí queremos lanzar el mensaje de que es imprescindible poner los cuidados en el centro. Debemos otorgarle la máxima importancia a estas dimensiones de la vida, sacándolas del ámbito privado-doméstico en el que el patriarcado y el capitalismo lo metieron, para entenderlas como lo que son, una cuestión pública. Privatizarlos ha permitido que algunas personas (principalmente hombres adultos blancos) vivan bien a costa de que la mayoría (principalmente las mujeres y niñas afrodescendientes) mal vivan.
La herramienta en la que nos centramos ahora es en la corresponsabilidad como forma de cuidarnos de manera recíproca.