Más de 200 millones de personas en el mundo no tienen empleo y éste se está deteriorando tanto en las economías emergentes como en las economías en desarrollo. La OIT estima que entre 2015 y 2030 se necesitarán unos 470 millones de empleos productivos para sostener el crecimiento y mantener la cohesión social; el PNUD cifra el número de empleos necesarios en 600 millones.

Uno de los avances más significativos de la Agenda 2030 con respecto a la Agenda 2015, donde el trabajo decente era una línea de trabajo, se encuentra en la inclusión de un objetivo 8 de trabajo decente con peso específico propio.

La idea del trabajo decente es, sin embargo, antigua, y lleva largo tiempo instalada en el centro de las políticas adoptadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Tres son los antecedentes más recientes que han conceptualizado la idea del trabajo decente tal como la conocemos en la actualidad:

  1. Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo (1998): establece cuatro categorías de derechos universales, basadas en los 8 Convenios Fundamentales de la OIT:
  • La eliminación del trabajo forzoso u obligatorio.
  • La abolición del trabajo infantil.
  • La eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación, y
  • La libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva.
  1. Declaración sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa (2008): pone en marcha la Agenda de Trabajo Decente a nivel país con el fin de propiciar políticas basadas en los objetivos del empleo, la protección social, el diálogo social y los derechos en el trabajo.
  2. Pacto Mundial para el Empleo (2009): adoptado en junio de 2009 por la Organización Internacional del Trabajo, hace un llamamiento a sus Estados Miembros para poner las oportunidades del trabajo decente en el centro de las respuestas a la crisis.

Recientemente la OIT, para comprender y aportar respuestas eficaces a estos desafíos, ha lanzado la iniciativa sobre “El futuro del trabajo” y ha creado una unidad específica en la Oficina.

El trabajo en el mundo: ¿de la esclavitud al trabajo decente?

Se estima en 3.000 millones el número de trabajadores y trabajadoras a nivel mundial.

  • 700 millones de trabajadores de países de ingresos bajos y medios viven en la pobreza extrema o moderada, esto es con 3,20 dólares al día, 1 de cada 4 trabajadores de esos países. 265 millones de trabajadores de esos países viven con menos de 1,90 dólares al día.
  • Más de 170 millones de personas en todo el mundo no tienen empleo.
  • El 55% de la población mundial no tiene acceso a ninguna protección social.
  • Cada año se producen alrededor de 2,8 millones de víctimas mortales en el trabajo como consecuencia de accidentes laborales y enfermedades relacionadas con el trabajo, además se registran más de 370 millones de casos de lesiones.
  • Las diferencias salariales por género se sitúan por encima del 20%.
  • Las tasas de desempleo juvenil duplica en algunos países la tasa media de desempleo.
  • Un total de 2000 millones de trabajadores (el 61% de la población activa mundial) estaban en la economía informal.
  • En 2016, seguía habiendo 114 millones de niños de entre 5 y 14 años trabajando.
  • En 2016, la OIT estimaba en 25 millones de trabajadores y trabajadoras son víctimas del trabajo forzoso.
  • A la discriminación por género en el mundo del trabajo, hay que sumar otras discriminaciones por otros motivos como el origen étnico, la discapacidad o la religión.
  • La migración internacional, resultado igualmente de la internacionalización de los mercados de trabajo, ha aumentado más del 50% desde 1990. En 2017 la OIT estimaba el número de trabajadores migrantes en el mundo en 164 millones de los 258 millones de migrantes internacionales.

 

RECURSOS:

El trabajo en La Rioja: el reto de la igualdad

Descárgate la guía Trabajo Decente y ODS: Guía de acción en las empresas de La Rioja