Más de 200 millones de personas en el mundo no tienen empleo y éste se está deteriorando tanto en las economías emergentes como en las economías en desarrollo. La OIT estima que entre 2015 y 2030 se necesitarán unos 470 millones de empleos productivos para sostener el crecimiento y mantener la cohesión social; el PNUD cifra el número de empleos necesarios en 600 millones.
Uno de los avances más significativos de la Agenda 2030 con respecto a la Agenda 2015, donde el trabajo decente era una línea de trabajo, se encuentra en la inclusión de un objetivo 8 de trabajo decente con peso específico propio.